Apéndice: ¿sirve para algo?
Muchas personas dicen que el apéndice no sirve para nada y por ello la decisión de los médicos es quitarlo cuando empieza a molestar. Si bien este pequeño órgano tiene funciones relacionadas con el sistema inmunológico, no está considerado como esencial. Forma parte de la armonía y del buen funcionamiento del cuerpo, por lo que no hay que restarle importancia. Como se dice popularmente, “por algo está allí”.
El apéndice se inflama por razones desconocidas causando lo que se denomina apendicitis. Algunos relacionan esta hinchazón con la mala alimentación o las tensiones y presiones. No obstante, nada está comprobado científicamente, sobre todo cuando afecta a niños muy pequeños.
Esta patología es peligrosa porque, si no se trata a tiempo, puede perforarse el apéndice y derramar una parte del contenido intestinal por todo el cuerpo. Las sustancias nocivas, tóxicas y las bacterias negativas se esparcirían por todo el abdomen. Esta condición se llama peritonitis y es muy grave, ya que puede causar una infección importante y hasta la muerte.
Si la mujer es la que sufre la peritonitis, se pueden infectar los ovarios o las trompas de Falopio y ocasionar infertilidad.
Cómo detectar un apéndice inflamado
Existen síntomas que son característicos y otros que son compartidos con otras enfermedades, por lo tanto, es necesario prestar mucha atención para evitar un diagnóstico equivocado que puede agravarse si el apéndice se perfora. No todos los pacientes presentan los mismos síntomas, ni todos juntos. Algunos de los más frecuentes son:
- Náuseas o vómitos
- Dolor fuerte y repentino en la parte inferior derecha del abdomen
- Dolor fuerte y repentino alrededor del ombligo
- Dolor en el área al presionar y agudizarse al retirar la mano o dedos
- Temperatura corporal entre 37,5 y 38°C
En caso de apendicitis, la fiebre aumenta, el dolor es general y puede causar un shock.
No siempre es fácil detectar los síntomas de una apendicitis porque se confunde con los signos previos a una gripe o un ataque al hígado. También se puede dar el caso contrario, que se diagnostica inflamación en el apéndice, se realiza la operación y no es así.
Recomendaciones para evitar problemas en el apéndice
Partiendo de la base de que la apendicitis se desarrolla por una mala alimentación y problemas emocionales, podríamos entonces cambiar algunos hábitos. Esto no garantizará que el apéndice nunca se perfore pero, al menos, reduciremos las posibilidades.
Tranquilízate
El descanso emocional es muy importante y es necesario realizarlo periódicamente. La ansiedad, el estrés y los nervios traen consecuencias negativas a nuestra salud. Trata de no vivir apresurado, enojado, preocupado, insatisfecho o pensando a futuro. Date tiempo para hacer las cosas que te gustan y que “te llenan el alma” como puede ser leer un libro, dormir una siesta, jugar con tus hijos o salir a caminar por el parque.
Haz dieta
Llevar una alimentación equilibrada es vital para sentirte bien y que el intestino goce de buena salud. También para evitar la apendicitis. Prefiere más cantidad de ingestas, pero más pequeñas, a comer mucho dos veces al día. Evita las grasas de origen animal, los embutidos, los lácteos, los azúcares y las harinas refinadas. Todos ellos hacen que acumulemos toxinas y padezcamos problemas intestinales. Prefiere los cereales integrales, las frutas y las verduras, las legumbres y los frutos secos.
Ejercita
Practica deporte dos o tres veces a la semana para liberar tensiones y disfrutar un poco de la vida, dejando de lado tantas obligaciones y problemas. Además, podrás mantener un peso saludable y escapar de la rutina de estar sentado frente al ordenador todo el día. Camina, anda enbicicleta, corre, nada, baila, salta… Lo que sea, pero mantén el cuerpo en movimiento.
Después de la operación, ¿qué?
Si te han operado de apendicitis o peritonitis, es preciso que sepas que durante un tiempo tendrás que hacer una dieta especial y cuidarte. La hospitalización en un caso leve de inflamación de apéndice es de entre 2 y 6 días. Si, en cambio, el cuadro fue más grave, quizás sea de un par de semanas, todo depende del caso.
Es importante que la alimentación sea muy saludable y de calidad tras la operación para extirpar el apéndice. De esta manera tus intestinos siempre estarán limpios y no acumularás toxinas. Durante los tres meses posteriores a la intervención quirúrgica, no consumas:
Azúcar o harina blanca
Los refinados son malos para la salud en general y para nada buenos si te acaban de operar. Generan muchas toxinas que se acumulan en el colon y propician la aparición de gérmenes.
Comida chatarra
En este grupo podemos contar a los fritos, los procesados y los embutidos. Las grasas se “pegan” a las paredes del intestino y también llegan a la sangre.
Alimentos de origen animal
Sería bueno que durante unos meses siguieras una dieta vegetariana o vegana, eliminando de tus comidas los lácteos, el huevo y las carnes rojas. Todos estos alimentos no solo tienen hormonas y otros productos nocivos, sino que, por ejemplo, en el caso de la leche, causa un revestimiento en las paredes del intestino.
Otros alimentos que debes evitar
- Bebidas alcohólicas
- Café
- Té
- Chocolate
- Salsas picantes
- Condimentos muy fuertes
Recuerda que estarás muy sensible y todo te caerá pesado y mal. No hagas esfuerzos, descansa lo más posible, da caminatas suaves y evita el estrés como parte de tu recuperación.
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